miércoles, 31 de enero de 2018

Historias de superación. Día Mundial contra el cáncer.

NÓMADAS

Todo comenzó con un tímido resfriado. Numerosas visitas médicas, incontables pruebas diagnósticas, gestos serios y una noticia a la que no dábamos crédito. Nuestra vida cambió para conseguir salvar la suya. Nuestro pequeño merecía todos los esfuerzos. Él era, él es nuestra vida. Recorrimos toda la geografía española de hospital en hospital. A veces flaqueaban las fuerzas, la gasolina y el dinero pero nunca nuestro empeño. Algo en nuestro interior nos empujaba a seguir, nos hacía estar seguros de que el resultado final sería el que tanto deseábamos. Su sonrisa pequeña y juguetona a veces se tornaba triste y cansada pero no se rendía jamás. En las cientos de salas de espera siempre había alguien que contaba su periplo por ellas, muchas de esas experiencias nos sorprendían, nos alentaban o nos hacían revelarnos. Nunca nos preguntamos por qué a nosotros, era evidente que los demás también se lo podían cuestionar, la respuesta no era importante ni nos ayudaría a llegar a buen puerto. Las lágrimas solo afloraban cuando sus ojos se cerraban por unas horas para descansar. No había tiempo ni ganas para la autocompasión. Canciones, fotografías y cuentos llenaban los espacios vacíos que tanto nos acompañaban. Convertimos los tiempos muertos en momentos especiales llenos de arrumacos, risas y bromas. En nuestro interior una sola idea, una sola fuerza: “Por ti”. Cada nuevo rumbo nos acercaba a nuestro destino final, no importaba cuán largo y costoso fuera. Así llegamos al fin hasta este luminoso parque, lleno de risas, olor a verde, sabor a música. Todo es ya un recuerdo.

—¿Mamá, por qué lloras?
—Porque soy feliz. 

Mª del Pilar López Gómez

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